Los graptolitos son animales marinos coloniales exclusivamente paleozoicos,
cuyo nombre deriva del griego: graptós = escrito y lithos = piedra.
Esta denominación es muy intuitiva al observar los fósiles, ya que se suelen
conservar como moldes mineralizados o como películas carbonosas sobre pizarras
de tal nitidez que parecen trazos realizados con una tiza.
La mayoría de los graptolitos eran planctónicos, de manera que las colonias
podrían desplazarse libremente. Este hecho se comprueba en el registro fósil al
observarse su enorme dispersión en todos los mares ordovícico-devónicos. Tienen,
además, un gran interés geológico como fósiles guía debido a su amplia distribución
geográfica, abundancia en los estratos (aparecen en rocas sedimentarias representativas
de ambientes de plataforma marina, talud y fondo oceánico) y evolución rápida (con una
duración media de las especies relativamente breve).
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